Desde el Colectivo Cultural Neón-Púrpura nace Crisis/Decadencia/Transformación como un proyecto expositivo que se desarrolló en el patio de la Biblioteca Municipal de San Cristóbal de La Laguna y ahora continúa en el Espacio Cultural El Tanque.

4 ene 2013

Discursos en tiempos de crisis para Francisco Torres



La crisis está siempre asociada al incipiente cambio, en este caso el cambio deviene de la desnaturalización de la materia y de las formas de los objetos como metáfora de la vicisitud actual. No se trata de una transformación sutil ni paulatina, se trata de una destrucción deliberada.

La intervención de Francisco Torres encuadrada en el episodio de /Crisis/ para el proyecto Neón-Púrpura en colaboración con la Biblioteca Municipal de La Laguna se mueve, mediante un vídeo, entre los efectos de la cultura sobre el individuo, sobre el acceso a la misma y cómo puede hallarse gracias a ella una salida en un momento concreto de crisis moral, a modo de canalización energética y de reciclaje personal en circunstancias de crisis política, social, económica y sobre todo de confianza. Desgraciadamente el contenido conceptual de esta obra es menos positivo de lo que cabría esperar, pues en un tiempo en el que la cultura a través de los medios de comunicación está cada vez más al alcance de todos, se hace aún más difícil acceder a ella de una manera pura, de una manera lo menos sesgada posible.

Este vídeo viene apoyado por una instalación de obras de papel con un sentido casi escultórico ubicadas en el patio como testimonio de la intervención del artista. En ella recrea a nivel tangible el efecto de este período crítico que ya ha hecho mella física en la pieza artística y ha trascendido la noción de idea para abrirse paso en la destrucción de sistemas de representación. La página del libro que trataba de pasarse en el visual de Torres ahora ya no interesa pues el libro mismo ha estallado. Esto habla de los pocos recursos a los que cada vez tenemos acceso pues somos víctimas en los últimos tiempos de una disminución brutal y dramática del placer de nuestra sociedad del bienestar. Un contenedor cultural como una biblioteca pública no puede ofrecer a la población una garantía de usos, de hecho ya no hay garantía de nada.

El elemento expuesto como un cuerpo herido y diseccionado es tratado como en un laboratorio al aire libre mostrado al ojo público. Expone la belleza perversa de algo que está roto, que ha caído desde un pedestal muy alto y del cual ya es imposible recomponer sus partes.

Un efecto muy interesante que casi es consecuencia no buscada de estas flores despedazadas resulta ser la curiosidad del hombre por todo lo que se transforma o se rompe a su alrededor y no le perjudica, una curiosidad semi-obsesiva, como un accidente de tráfico convertido en espectáculo, que se torna en indiferencia o invisibilidad cuando afecta personalmente, de ahí que mostrar de manera descarnada el estado de las cosas sea tarea del arte. Hacer reflexionar sobre aquello que acontece y afecta directamente y que por desidia no llega al gran público. Pues en etapas de crisis todo sale a la luz, todo mal y todo daño reflotan de la oscuridad, es visible para aquellos que “saben ver” y se traduce en un shock para aquellos que nunca han querido saber.

El papel desgarrado es la secuela de los abusos de poder, de los gastos incongruentes, de los engaños democráticos, de la ignorancia cultural. Cada vez costaba más pasar página y hoy nos ha explotado en la cara.

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